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Análisis de Call of Duty: Vanguard

Finalmente ha llegado Call of Duty: Vanguard, la nueva entrega de la saga bélica de mayor popularidad en la actualidad, demostrando que aún se mantiene como un título sólido. Manteniendo la identidad que lo caracteriza, CoD presenta un juego que puede dividirse perfectamente en sus tres componentes principales (Campaña, Multijugador y Zombies), lo que facilita compararlos entre sí. 

Es cierto que Call of Duty: Vanguard flaquea en una de sus tres caras (y tal vez sea en la que más expectativas creó en una parte del público), pero aún así, consigue mantenerse erguido gracias a la experiencia que brindan las otras dos facetas con las que cuenta el juego. Dicho esto, pasemos a ver qué ofrece cada una de las partes que conforman este nuevo título de Activision.

Un Modo Campaña que quiere, pero…

La Campaña de Call of Duty: Vanguard deja al jugador con sentimientos encontrados, ya que queda en evidencia que tiene hambre de grandeza, aunque desgraciadamente, no alcanza a conseguir su objetivo. A lo largo de las aproximadamente seis horas que toma completar la historia, pasaremos por varias ubicaciones históricas, como Stalingrado o África del Norte, pudiendo apreciar el gran trabajo realizado en cuanto a la ambientación física del escenario y la banda sonora, que logra “ponernos en ambiente”… Aunque desgraciadamente, ese es el techo al que se logra llegar. 

La narrativa de la historia va cambiando de lugar permanentemente, sin dejar mucho tiempo a un desarrollo sustancial en los personajes. Entendemos que esto pueda ser fruto de que toda la Campaña se cierra en menos de ocho horas, pero eso no significa que no se pueda brindar elementos que causen que cada personaje logre dejar su propia marca característica en el jugador al llegar a los créditos finales

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El potencial que presentan los protagonistas se queda perdido por las situaciones en las que se ven envueltos, ya que, si bien es cierto que los combates tienen el ritmo característico de Call of Duty, una vez que asumimos esta realidad, es momento de ver qué hay más allá: es en este punto en el que nos damos cuenta de que se trata de una sucesión de arenas de combate donde nos pondremos (una vez más) en la piel de un “ejército de un solo hombre”, ya que alternaremos entre arenas donde deberemos eliminar a una cantidad ingente de enemigos y secciones que sirven de “descanso”, antes de llegar a una nueva arena llena de rivales y vuelta a empezar. 

Desgraciadamente, no hay demasiadas cosas que hacer cuando no estamos cumpliendo la tarea de limpiar el terreno de soldados enemigos. Y esto no significa que no tengamos objetivos secundarios, sino que, justamente, estas tareas intermedias, no logran ser lo suficientemente significativas como para que se vuelvan algo memorable, sino que nos dejan pensando “Ok. ¿Cuándo puedo volver a disparar?”. Esto es una lástima debido a que con un poco más de cariño por el Modo Historia, podrían haberse logrado situaciones que se queden en la memoria de los jugadores por bastante tiempo.

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La trama parece mantenerse tibia a la hora de elegir entre retratar el conflicto de la Segunda Guerra Mundial con crudeza o mostrar una fantasía que coquetea con las presentaciones de historias alternativas que pudimos ver anteriormente en películas o series bélicas. Por momentos el tono de la historia se acerca a lo emotivo, para volver a lo espectacular y en ciertos momentos nos encontramos en situaciones que se vuelven un tanto raras. 

Para explicar lo anterior: En cuanto nos presentaron por primera vez un avance del juego, nos adelantaron que, aunque pasaríamos por las clásicas situaciones de combate cerrado, podríamos vivir misiones del estilo “Duelo de Francotiradores”, sacando ventaja de la tensión del sigilo y el posicionamiento estratégico que este tipo de misiones requiere; pero, como mencionábamos antes, nos encontramos en que nunca llegamos a vivir algo de ese calibre, debido al dominio de las arenas de combate frenético por encima de la escasez de otros tipos de enfrentamiento.

Como resultado de todo esto, nos encontramos con el choque de partes del juego dedicadas al sigilo con secuencias cargadas de acción llenas de adrenalina, que en lugar de mantener un ritmo en el que se complementan, se sienten más como si compitieran entre sí. Es una pena que no se haya encontrado la forma de ofrecer una narrativa con un ritmo adecuado, que consiguiera que el jugador conectara a un nivel superior con la historia que se cuenta en esta campaña.

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Multijugador – El punto fuerte de Call of Duty: Vanguard

El éxito del Modo Multijugador, esta vez no se apoya en la implementación de nuevas mecánicas de saltos o desplazamientos especiales; en esta ocasión, se ha optado por incluir herramientas de decisión que tienen impacto en el gameplay general, lo que se suma a la personalización y las físicas de disparo de Call of Duty, que ya disfrutan de estar entre las mejores del género.

La inclusión más relevante, se encuentra en el selector de Ritmo de Combate. Con esta herramienta, nosotros podemos afectar, por ejemplo, la población de las partidas y la participación que se tienen en las actividades que ofrece cada tipo de partida. Aunque parezca algo que podría sonar irrelevante, pero es algo que resulta de mucha utilidad, ya que gracias a esto es posible elegir el tipo de experiencia de combate en la que queremos participar (es decir, más allá de los clásicos Baja Confirmada, Hard Point o Dominación).

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Gracias al selector de Ritmo de Combate podemos seleccionar, por ejemplo, el Modo Blitz, si deseamos vivir una experiencia cargada de adrenalina, en la que podemos lanzarnos a repartir munición a diestra y siniestra mientras hacemos volar todo lo que se nos ponga en frente; de la misma manera, cuando queremos pasar a experimentar situaciones de paso más lento, con situaciones de combate que incluyen más estrategia, podemos seleccionar el Modo Táctico. De todas formas, si queremos algo intermedio, o simplemente no queremos influir en el estilo de juego, podemos seleccionar el Modo Asalto, que sigue siendo una de las grandes opciones a la hora de saltar al Multijugador de Call of Duty: Vanguard.

Aunque el selector del Ritmo de Combate sea una herramienta poco “disruptiva” ya que se integra de forma suave en la experiencia general del juego, sigue siendo la mayor novedad que presenta Vanguard. Con todo, el título trae modos nuevos:

El Modo Patrulla, presenta un área que debe ser defendida, pero que se va desplazando permanentemente a través del mapa (de ahí el nombre del modo); mientras tanto, la Colina del Campeón es algo que podría ser descrito como una evolución del Modo Tiroteo, incluyendo un abanico más amplio de selecciones para los jugadores y equipos, en un modo que se asemeja mucho a un torneo; aquí el camino a la cima se construye en base a las compras que se realizan en el centro de operaciones y las decisiones en el campo de batalla, donde se puede ganar vidas y dinero, en una seguidilla de enfrentamientos del tipo escaramuzas.

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Un Modo Zombies recargado

En último lugar, pero sin tener menos importancia, se encuentra el Modo Zombies, que en Call of Duty: Vanguard se perfila como una de las mejores entregas de esta versión de CoD. En esta ocasión, este modo de juego se asemeja a una mezcla de roguelike y dungeon crawler, una combinación que logra impresionar. Guardando similitudes con el Modo Outbreak, aquí, los jugadores deben conseguir eliminar a un ser demoníaco, haciendo uso de habilidades sobrenaturales, entre los que se cuentan poderes elementales de hielo y fuego.

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Todos los ítems de utilidad a los que están acostumbrados los jugadores se encuentran en una base que sirve de hub central desde el que los participantes parten a cada misión. Se trata de un Modo Zombie que incluye novedades mientras que mantiene la velocidad de juego frenética tradicional, además de haber sido optimizado. Cada jugador va a elegir, junto a su equipo, una variedad de actividades clásicas entre las que se encuentran misiones de escolta de objetos mágicos, supervivencia por tiempo, o eliminar hordas de enemigos en búsqueda de drops. Aunque varios elementos se repiten en esta entrega de Zombies, la forma en que se entregan está mejorada.

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Conclusión de Call of Duty: Vanguard

Call of Duty: Vanguard se tropieza al intentar presentar un Modo Campaña con profundidad, cayendo en una fórmula que se vuelve repetitiva, por lo que desgraciadamente, no alcanza a cumplir con las expectativas más altas que pudo crear. Más allá de esto, mantiene un estilo que ya es característica de la marca, por lo que, si bien los jugadores que estén interesados en un modo campaña profundo pueden dejarlo pasar sin temor a una gran pérdida, definitivamente va a ser disfrutado por aquellos jugadores que apunten al Modo Multijugador, ya que se convierte en un excelente punto de encuentro para enfrentar rivales, tanto vivos como no-muertos.

Requisitos mínimos y recomendados del Sistema para Call of Duty: Vanguard

Los jugadores que quieran disfrutar de Call of Duty: Vanguard en ordenadores, deberán tener en cuenta los siguientes requerimientos mínimos y recomendados.

Requisitos mínimos de Call of Duty Vanguard en PC:

  • Mínimos:
    • SO: Windows 10, 64-Bit
    • Procesador: Intel Core I3 – 4340 o AMD FX – 6300
    • Memoria RAM: 8GB
    • Tarjeta Gráfica: Nvidia Geforce GTX 960 / AMD Radeon RX 470
    • Almacenamiento: 36 GB de lanzamiento (solo Multijugador y Zombies)
    • Notas adicionales: Hasta 32 GB para caché de assets de alta calidad. 2GB VRAM
  • Recomendados:
    • SO: Windows 10, 64 Bit / Windows 11, 64 Bit
    • Procesador: Intel Core I5-2500K o Amd Ryzen 5 1600X
    • Memoria RAM: 12GB
    • Tarjeta Gráfica: Nvideo Geforce GTX 1060 / AMD Radeon RX 580
    • Almacenamiento: 61 GB de lanzamiento
    • Notas adicionales: Hasta 32 GB para caché de assets de alta calidad. 4GB VRAM
  • Competitivos:
    • SO: Windows 10, 64 Bit / Windows 11, 64 Bit
    • Procesador: Intel Core i7-8700K o AMD Ryzen 7 1800X
    • Memoria RAM: 16 GB
    • Tarjeta Gráfica: NVIDIA GeForce RTX 2070/RTX 3060 Ti o AMD Radeon RX 5700XT
    • Almacenamiento: 61 GB de lanzamiento
    • Notas adicionales: Hasta 32 GB para caché de assets de alta calidad. 8 GB VRAM
  • Resolución 4K:
    • SO: Windows 10, 64 Bit / Windows 11, 64 Bit
    • Procesador: Intel Core i9-9900K o AMD Ryzen 9 3900X
    • Memoria RAM: 16 GB
    • Tarjeta Gráfica: NVIDIA GeForce RTX 3080 o AMD Radeon RX 6800 XTT
    • Almacenamiento: 61 GB de lanzamiento
    • Notas adicionales: Hasta 64 GB para caché de assets de alta calidad. 10 GB VRAM