Categorías
Películas

#NomiRecomienda: el color y la vida en «Maudie» de Aisling Walsh

Bienvenidos y bienvenidas a la sexta edición de #NomiRecomienda. Este es un espacio que se va a dar todos los viernes, en el que nos daremos la libertad de recomendarles una serie o película para que miren el fin de semana o cuando quieran. Pueden encontrar la recomendación semanal buscando en el hashtag #NomiRecomienda en Instagram y en el buscador de la web.

Lo que tenés que saber

Hoy vamos a recomendar una película, más precisamente una biopic. Las biopic (películas biográficas) son un género que se disparó fuertemente en los últimos años gracias a obras como Bohemian Rhapsody o Rocketman, las películas que siguen la vida de Freddie Mercury y de Elton John respectivamente. Es un género que ya existe desde hace mucho tiempo, pero que, como mencionamos, estalló en los últimos años con las películas de estos artistas. Hoy recomendaremos una biopic también de una artista, pero que seguramente no conocen ni escucharon nombrar: Maudie de Aisling Walsh, estrenada en 2016 y disponible en Netflix.

Maudie es una película basada en la historia de Maudie Lewis, una pintora canadiense muy reconocida en su país por sus obras. La película está protagonizada por Sarah Hawkins y Ethan Hawke y narra la dura historia de esta mujer que debe convivir con una artritis reumatoide en todo su cuerpo, razón por la cual depende casi enteramente del cuidado de sus familiares. Un día, Maud (Sarah Hawkins) decide que ya tiene suficiente con la vida que lleva al cuidado de su tía y quiere independizarse, consiguiendo trabajar como ama de casa en la humilde estancia de Everett Lewis (Ethan Hawke) un pescador en Digby, Nueva Escocia. Al principio Everett no la acepta por su condición, pero la insistencia de Maud logra que Lewis le de el trabajo, que además cuenta con la característica de ser cama adentro. Así es que Maudie toma sus pinceles y pinturas, se va de la casa de su tía y se instala en la casa de este pescador, unos kilómetros más afuera del pueblo. La casa es muy pequeña, apenas tiene un comedor cocina y arriba un dormitorio con una sola cama, por lo que ambos personajes tienen que aprender a convivir con sus temperamentos, sus explosivas formas de ser y el ímpetu artístico de Maudie.

Por qué la tenés que ver: la importancia del arte en la vida y el color

La película es especialmente conmovedora. El personaje de Maudie es muy hermoso y realmente muestra a una mujer fresca y decidida. La pasión por la pintura fue su motor durante su vida y luego el amor que pudo encontrar. La película nos muestra muy fielmente la mirada a través de la cual Maudie Lewis observaba el mundo y no sólo resulta enternecedor desde el primer minuto, sino que también resulta un homenaje muy genuino de la vida y el legado de una pintora muy influyente. La vida, obra y ascenso de una artista en un pueblo muy chiquito de Canadá debería ser razón suficiente por la cual ver esta hermosa película.

Las actuaciones son uno de los aspectos más destacables de la película. Tanto Sarah Hawkins como Ethan Hawke hacen un trabajo impecable al encarnar estos personajes tanto entrañables como temperamentales. La construcción de los mismos es lo que agrega la comicidad necesaria a la película y su relación es la que mantiene en vilo al espectador desde el primer momento y resulta el gancho perfecto que nos va a conectar instantáneamente con la historia. Sin dudas estos dos personajes son la base que sustenta toda la historia y cimienta la película en concreto para tener el resultado que obtiene. Ya de por sí tenemos un personaje principal como lo es Maudie, con todos sus esfuerzos e intentos por independizarse y hacer lo que ama. Pero será el personaje de Everett y su relación con Maud lo que definitivamente nos hace seguir con la historia.

Y en base a eso surge todo lo demás: una fotografía espectacular, locaciones inmensamente inspiradoras, una dirección sublime, un guion fiel, respetuoso y genuino, personajes entrañables y emocionantes, el sonido que unifica todos estos factores y una historia que exige un tratamiento artístico semejante de todos los factores cinematográficos que se puedan utilizar. La directora nos invita a reflexionar sobre las pequeñas cosas de la vida y entender que ante todo siempre debemos ir hacia adelante.

Aisling Walsh nos muestra con el personaje de Maud (quien suponemos fue así en la vida real) la importancia del arte y del color de las cosas. De cómo esos dos componentes le dan vida hasta al objeto más inerte del mundo. Esa fue la motivación de Maudie para enfrentar las dificultades que su enfermedad le imponía y para entender que las mismas no significan nada si uno no les da demasiado valor. Maudie Lewis solo quería pintar. Pintar donde sea, en una tabla reconstituida, en una pared. Maudie decía que sólo necesitaba una ventana, sus pinturas y sus pinceles, y con eso era suficiente para ver lo que tenía que ver y para plasmar en su lienzo improvisado lo que dictara su corazón.

Sin mucho más que decir de esta maravillosa película biográfica, lo demás tendrán que verlo por su propia cuenta, les dejamos el tráiler y más abajo algunas imágenes de ella y sus obras. Recuerden que pueden encontrarla en Netflix, y qué mejor que toparse con una obra que nos invita a reflexionar sobre la vida, la importancia del arte y del amor. Una historia de vida que nos demuestra una vez más, que la vida es hermosa y que somos nosotros como protagonistas de ella, los que debemos darle el sentido. Y siempre tener algo por lo que vivir. El arte es siempre un buen recurso.

Categorías
Películas

#NomiRecomienda: El abandono y el tiempo en -La enfermedad del domingo- de Ramón Salazar

Bienvenidos y bienvenidas a la segunda edición de #NomiRecomienda. Este es un espacio que se va a dar todos los viernes, en el que nos daremos la libertad de recomendarles una serie o película para que miren el fin de semana o cuando quieran. Pueden encontrar la recomendación semanal buscando en el hashtag #NomiRecomienda en Instagram y en el buscador de la web.

PARA TENER EN CUENTA

En esta segunda edición, les traemos una película española que salió en el año 2018 y actualmente, se encuentra disponible en la plataforma Netflix. Se trata de un drama íntimo, lleno de intriga. Escrito y dirigido por Ramón Salazar (10.000 noches en ninguna parte, 20 centímetros). Con la participación estelar de las actrices Bárbara Lennie (Una especie de familia, Magical Girl) y Susi Sánchez (El guardián invisible, Julieta) se completa el proyecto que se llama La enfermedad del domingo.

Según las fuentes, el director crea sus producciones en base a inspiraciones que toma de la vida real y su base son las fotografías y la inspiración que de ellas surge. De estas tomas, surgen todo tipo de emociones y sensaciones, así como también las historias por contar. Por lo que él mismo reveló, que esta cinta surgió a partir de dos fotografías <¿Qué ocurre entre esas dos fotografías? Es lo que se preguntó el director de Piedras. “Y el recorrido de la película es lo que pasa entre una y otra”, dice>. Pero aclara también, que mucho tiene que ver con un recuerdo que atraviesa todas las etapas de la vida y que es la sensación que tenemos los domingos por la tarde, ese sentimiento de vacío provocado por algo que sabemos que termina una vez que baja el sol y que anuncia la llegada de otro lunes sin que podamos hacer nada

Aunque aparentemente sencilla, la trama del film esconde más de lo que se muestra a simple vista. Una niña que mira por la ventana, ve como su madre se aleja para no regresar. Pasados treinta años, las dos se encuentran y Chiara, la hija, le pide a su madre Anabel, el “regalo” de pasar diez días con ella, alejadas de todo, en la casa que solían ocupar décadas atrás, un lugar inhóspito en el campo, cerca de la frontera francesa.

Hasta ahí, aunque mediada por escenas de profundo dolor y drama, y aunque nos encontremos con una opresión en el pecho ante una madre que abandona a su familia, la historia se desarrolla de manera bastante normal.

¿POR QUÉ VALE LA PENA ESTE RELATO DE DESASOSIEGO, NOSTALGIA Y SOLEDAD?

En primer lugar, aclaramos que no es una película para deprimirnos, sino para pensar introspectivamente sobre nuestra calidad como humanos. Es un drama sí, pero en un mundo bastante cercano que relata temáticas conocidas aunque muy complejas, como todas las relaciones entre personas.  

Ese tiempo que vemos avanzar entre los días, no existe metafóricamente para una de las protagonistas, Chiara – la hija, porque ella se detuvo por decirlo de alguna forma, en el día en que su madre la abandonó cuando tenía solo ocho años y ha vivido en ese limbo durante 35 años. Es por esto, que ella es la eterna representación de ese domingo que se apaga.

El escenario acompaña esta trama, con espacios abiertos que ahogan de alguna forma a esta joven y donde no es capaz de apropiarse de ningún objeto que la rodea, ya que todo es un recuerdo de su infancia, de un momento poco feliz. Chira es una persona muy aislada y aún así decide volver a ese triste lugar para enfrentar este nuevo desafío autoimpuesto de pasar tiempo con su madre.

En ese paisaje desolado, aunque hermoso, ambos personajes se verán envueltos en un sinfín de recuerdos dolorosos, críticas y aislamiento, tanto físico como mental, ya que la situación parece ser absorbida por un limbo del cual parece que no pueden escapar. En este sentido y como pocas veces vemos en pantalla, el paisaje que se muestra, su paleta de colores y la música, actúan como otro personaje fundamental, sin el cual la historia no sería la misma.

A pesar de las máscaras que las dos pretenden ponerse, Anabel siente cierta culpabilidad por lo que hizo y por pensar su rehecha vida con una nueva familia y llena de lujos, mientras que su primogénita creció desolada y muy retraída y se muestra incapaz de comunicarse de manera correcta con su madre, quien no logra comprender lo que está buscando con este reencuentro.

A medida que avanza el relato, podremos ver más de estos intentos desesperados de la hija por lograr algún tipo de conexión con su madre, hablando de ella misma y realizando algunas acciones que nos llevan a pensar que actúa como si el tiempo no hubiera pasado y fuera aún la niña de ocho años en busca del amor y aprobación de su madre, quien aparentemente no se doblega ante ninguna de estas situaciones que las llevan al borde de la locura y frustración. Hay una tensión constante que busca a toda costa ser liberada, un odio y resentimiento que se nota a simple vista.

FINALMENTE…¿POR QUÉ TANTO SUFRIMIENTO?

Todo lo que pasa tiene un por qué, cada selección no es ingenua, sino que responde a una premisa que solo se develará sobre el final. Chiara tiene muchas cosas que revelarle a su madre y solo cuando lleguemos al punto de máxima tensión, podremos entender las razones por las cuales decidió pasar por esta situación.

En esta última etapa, la trama se oscurece aún más y los acontecimientos que se suceden empiezan a cobrar sentido y es ahí cuando sentimos una conexión entre el pasado y el presente que culminan en un dramático y brillante final.

Todo nos lleva a comprender que las cosas son mucho más complejas de lo que esperábamos y quizás ambas puedan redimirse de sus actos. No es una historia convencional, no hay una familia tradicional donde el amor es lo que domina, sino que hay individuos desconectados tratando de formar alguna especie de vínculo y uno de ellos tiene un propósito muy válido que la ha motivado y que servirá de cierre para sus historias. Resulta muy fácil juzgar a la madre por sus actos, pues no es normal que alguien abandone a sus hijos, pero hay una cierta especie de redención en los últimos momentos que nos indica que, a su manera, quería a su hija.

Seguramente muchos de ustedes puedan identificar estas cuestiones superación, que no son poco frecuentes pero que aquí es tratada desde otro punto de vista, un tanto más crudo y que llega a nosotros muy profundo gracias a las actrices que se destacan en sus roles.

Les compartimos el tráiler de la peli https://www.youtube.com/watch?v=DFhK6kUD04c

Categorías
Películas

#NomiRecomienda: la identidad en «De acá a la China», de Federico Marcello

Bienvenidos y bienvenidas a la primera edición de #NomiRecomienda. Este es un espacio que se va a dar todos los viernes, en el que nos daremos la libertad de recomendarles una serie o película para que miren el fin de semana o cuando quieran. Pueden encontrar la recomendación semanal buscando en el hashtag #NomiRecomienda en Instagram y en el buscador de la web.

LO QUE TENÉS QUE SABER

Esta primera edición vamos a recomendar una película argentina que se estrenó en 2018. La encuentran en Cablevisión Flow para alquilar: el costo es de $60 aproximadamente, se acredita a la factura mensual y un pago equivale a 48 horas de uso de lo alquilado. Es una película dirigida, escrita y protagonizada por Federico Marcello, se llama De acá a la China.

La película cuenta la historia del hijo de un almacenero que decide viajar a una provincia de China y poner el primer supermercado argentino. Esta acción surge como venganza por la cantidad de supermercados chinos que hay en nuestro país y porque gracias a ellos, su padre, que fue almacenero durante mucho tiempo, tuvo que dejar de trabajar por la invasión de los mismos. El protagonista, Facundo, se dirige allí con el objetivo de vengarse, y que los chinos se fundan y pierdan negocios por la llegada del super argentino. Facundo se sumerge en este viaje con el pretexto de ir a estudiar mandarín por tres años.

La idea inicial del equipo era realizar un documental acerca de los supermercados chinos en Argentina y la razón por la cual los dueños emigran a nuestro país. En la investigación descubrieron que la mayoría de los supermercados emigraban de un pueblo específico y pequeño al sur de China junto a cierta cantidad de datos interesantes que invitaron al equipo a modificar su camino y realizar una película de ficción en lugar de un documental. La película surge, entonces, de una inquietud real y una investigación exhaustiva sobre el tema para poder posicionarse sobre una base sólida para poder narrar la historia de este joven.

POR QUÉ LA TENÉS QUE VER: LA IDENTIDAD Y EL COSTUMBRISMO ARGENTINO

Es una comedia que utiliza la ironía en muchos de los casos para generar un acercamiento más mundano con el espectador argentino. A pesar de tener el viaje a China, el guion plantea un costumbrismo interesante con el que todos los argentinos podemos sentirnos identificados: la despedida familiar, la familia unida y grande, el idioma y las costumbres argentinas. Incluso el personaje lleva productos típicos de nuestro país para venderlo en su negocio: yerba, dulce de leche y fernet. Algo similar a lo que sucede si, por ejemplo, visitamos el barrio chino en Capital Federal y recorremos los distintos almacenes, donde además de productos locales encontraremos una gran variedad de productos de origen chino o asiático.

La película, inclusive desde el punto de llevar productos típicos argentinos, recorre un camino de identidad muy interesante, ya que desde el comienzo plantea que hay una especie de hurto o atentado hacia lo propio (los super chinos en nuestro país) y el personaje principal se siente en el deber, casi como un superhéroe, de que al menos su familia o su padre recuperen el honor perdido tras la llegada de los chinos.

Desde el inicio, el planteo se basa casi en una búsqueda de recuperación nacional, de orgullo y honor. De reclamar y hacer justicia de lo que nos pertenece. Lo interesante, amén de esto, es que Facundo se dirige a China queriendo hacer justicia, y en el camino descubre cosas mucho más valiosas e importantes para la vida de una persona. Allí es donde el tono de la película vira, de la comedia (género que se presenta al comienzo, cuando no puede entablar una conversación fluida con los chinos) a un género que acude más a lo melancólico, lo introspectivo y la reconciliación, tanto con uno mismo como con la población china.

Adentrándonos un poco más, el protagonista se dirige al país de la problemática con algo parecido a odio. El actor, que además es el director y escritor de esta película, Federico Marcello, se preocupa constantemente en mostrarnos ese “odio”, esa especie de aversión hacia la población. Pero no tiene que ver con la xenofobia, sino con un sentido de pertenencia perdido del que hablábamos antes. Facundo creció con la idea de que su padre perdió el almacén por culpa de la llegada de los chinos. Es una idea que se viene fermentando en su interior desde que tiene uso de razón. Es una idea tan arraigada que solo el viaje a China podrá desarraigar.

Junto a él lo acompaña un viejo amigo viajero, un tanto nómade, que no tiene un lugar fijo donde vivir. Inmediatamente acepta el desafío y lo acompaña, con la diferencia de que, de los dos, su amigo es mucho más receptivo y tolerante al ciudadano chino. Esta contraposición genera inevitablemente un equilibrio: Facundo no los soporta, en cada rostro oriental ve un enemigo que le fue a quitar el lugar, y su amigo los tolera, los acepta y, sin saberlo, le da a Facundo las herramientas necesarias para poder transitar el viaje de poder aceptarlos también. Y no solo aceptarlos, también tener estima por los que más presentes fueron en su camino.

El camino que Facundo recorre se ve plagado de sabiduría oriental sobre la vida, los objetivos, los deseos humanos y el sentido de pertenencia. Las enseñanzas están mezcladas con las trabas burocráticas del mundo empresarial que empiezan a surgir a raíz del supermercado argentino. De alguna manera, esa es la vía de escape que tiene el personaje para caer a la tierra. Los mensajes de sabiduría generan un viaje más espiritual, mientras que en el medio, se desarrollan problemas más terrenales que van generando impedimentos para que Facundo culmine su objetivo. Aunque desde el comienzo, este parecía inviable.

Todo esto, como dijimos, se da en un marco de desconocimiento, si se quiere. La película cae en los lugares comunes que tratan sobre extranjeros intentando encajar en un lugar al que no pertenecen. La comedia se da en esas situaciones en las cuales se presentan las diferencias del lenguaje y las costumbres.

ENTONCES…

La introspección, las enseñanzas y el aprendizaje, el sentido de pertenencia, la identidad y el orgullo son algunos de los temas que toca de manera muy sutil esta historia hecha con un presupuesto mínimo y muy afín a nuestras costumbres.

Sin dudas se sentirán identificados con muchos de los momentos de la película, además de disfrutar de un guion ameno, familiar y perspicaz, en una idea todavía más original como lo es la de querer fundir a los chinos en su propio país, algo que nosotros conocemos muy bien, ¿no?

¡Les dejamos el tráiler para que se llenen de ganas de verla!